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Conocer la tradición alfarera con niños. El Alfar-Museo cumple 25 años

Museos con niños en León
04 noviembre, 2019
Alfar Museo en Jiménez de Jamuz

El Alfar-Museo de Jiménez de Jamuz cumple este lunes 4 de noviembre 25 años en funcionamiento, desde que se inaugurara el mismo día de 1994 gracias al empeño de la etnógrafa Concha Casado, fallecida en 2016. El centro ha servido durante este cuarto de siglo para conservar vivas y recuperar las tradiciones propias de este pueblo de alfareros, ponerlas en valor y atraer gente a la zona.

¿Es un museo para ir con niños?

Sí, sí y sí. La visita a este museo, que ocupa un antiguo caserón, es corta y muy práctica. Podrán ver las figuras y cómo Jaime Argüello, el maestro alfarero, las moldea desde cero en un torno tradicional y, si se animan, podrán entrenarse como pequeños alfareros para intentar levantar su creación.

¿Qué se puede ver?

Nada más entrar hay un expositor con numerosas piezas originales cedidas por los vecinos. Cántaros, piezas para conservas, botijos… y también se pueden ver los ladrillos que el arquitecto catalán Antonio Gaudí utilizó para cubrir nervaduras de bóvedas, arcos de puertas y ventanas, chimeneas y en general la decoración interior del Palacio Episcopal de Astorga que encargó a los alfareros de Jiménez de Jamuz.

Jaime va explicando la historia del museo y de este oficio en el que anda metido ya 15 años. Empezó como aprendiz del primer maestro alfarero, Martín Cordero, y tomó el testigo tras su muerte en 2007 para continuar una tradición que en 70 años ha pasado de 160 alfareros a únicamente cuatro familias dedicadas a esto. Ha cambiado la vida y por ello ya no son necesarios los cántaros para ir a por agua o las vasijas en las que conservar alimentos, así que estos artículos han pasado de utilitarios a elementos de decoración. También han cambiado los modos de trabajar el barro para aumentar la producción, pero en el Alfar-Museo podemos ver cómo se realizaba antiguamente, siguiendo el método tradicional: extracción de la arcilla de los barreros del pueblo, secado toña y barrera para amasar el barro, creación de los cacharros con la rueda de pie, vidriado de algunas de las piezas y decoración con pincel de pluma de gallina para cocer finalmente las piezas en el horno árabe.

Justo en el patio de la casa se puede ver el horno tradicional en el que la cocción -se hace una hornada al año- se realiza con leña de urces, una auténtica reliquia pues de los 164 hornos que hubo en esta zona, es el único que se conserva completo y en funcionamiento. En su interior se introducen los cacharros y se tapia con el adobe. Las urces van ardiendo en la caldera hasta que se alcanzan los 1000 grados de temperatura y unas 24 horas después las piezas estarán listas. Para alimentar un horno de este tipo había que traer muchas urces, que llegaban en carro incluso desde el Bierzo. Jaime recuerda que Martín le contaba que en su día no se alcanzaba a ver el camino, cubierto como estaba de los carros que llegaban hasta Jiménez. En el patio podemos ver uno de estos carros en los que se transportaba el combustible y también las cargas o angarillas, el medio de transporte que se utilizaba para trasladar los cacharros ya listos para surtir a la provincia.

Ya en el interior de la casa, Jaime muestra cómo es el proceso de creación y enseña algunas piezas listas para entrar en el horno. Y lo más esperado, la muestra de cómo se hace. En un torno de pie Jaime elabora siempre alguna pieza para que los visitantes puedan verlo. Cuando hay niños suele hacer alguna miniatura para ellos y permite probar suerte a quien quiera animarse, una buena manera de valorar aún más este trabajo al comprobar lo complicado que es.

¿Dónde está?

En Jiménez de Jamuz. En la Avenida del Cueto. Hay que pasar el puente y seguir recto, un poco más adelante veréis un cartel que indica el camino a seguir.

¿Cuánto cuesta?

El precio de la entrada es de 1,50 euros para adultos y 1 euro la entrada infantil.

¿En el museo podemos comprar piezas?

No, aquí únicamente se puede mostrar cómo hacerlas pero no se venden. Para adquirirlas es posible hacerlo en una de las cuatro alfarerías que hay en la localidad:

Alfarería la Catedral del Barro.

Alfarería Esteban y María Teresa.

Alfarería Vicente Murciego.

Alfarería Miguel Sanjuán

¿Qué más podemos hacer por la zona?

Allí mismo se encuentra la famosa bodega El Capricho, tan conocida por su carne de buey. Muy cerca del museo está la cafetería y restaurante Casa Aniceto, que tiene un extenso espacio para niños con jardín, toboganes y camas elásticas.