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Superviviente, científica y olímpica. Nary Ly narra su fascinante vida en un cuento

Niños y niñas en León
07 marzo, 2024

Esta es la historia de una niña que con solo cinco años fue separada de su familia para vivir en un campo de trabajo en plena guerra de Camboya. También es la historia de una joven que decidió trabajar duro para convertirse en científica y aportar a su país que luchaba por reconstruirse tras el horror. Y sí. Es también la historia de la primera mujer que participó en los Juegos Olímpicos para representar a Camboya corriendo una maratón.

Todo esto (y mucho más) es la vida de Nary Ly. Consciente de su capacidad para superar obstáculos, esta mujer que ahora reside en León quiso escribir su historia para inspirar a otros, sobre todo a los que piensan que no pueden. Así nació su libro La historia de Nary Ly, superviviente, científica, olímpica.

Al ver el interés que suscitaba su historia cuando iba a dar alguna charla a colegios o institutos, decidió crear un cuento infantil con el que llegar mejor a edades más tempranas y que pudieran entender todo lo que había pasado. Y surgió Una chica extraordiNarya.

La fascinante historia de Nary Ly

Nary Ly abrió los ojos por primera vez en 1970, el mismo año en que estalló la guerra civil en Camboya. Con solo cinco años, cuando Pol Pot, el líder de los jemeres rojos llegó al poder, fue separada de su familia para vivir en un campo de trabajo. Hay muchas cosas que no recuerda de aquella época, pero hay algo que no olvida: el hambre que pasó.

Cuando años después los jemeres rojos huyen, su madre (su padre fue asesinado) accede a que viaje con unos parientes a Vietnam y de allí a Francia como refugiados. En el país francés ningún familiar puede hacerse cargo de ella así que durante dos meses vive en un orfanato hasta que la acoge una familia de adopción.

El choque cultural es brutal. Tiene 10 años, jamás ha ido a la escuela y vive en un hogar donde la gente se ríe y ella no sabe de qué. Hablan un idioma que no comprende y tienen tradiciones y costumbres muy diferentes a las suyas. También en el colegio sufre rechazo por parte de algunos de sus compañeros por el simple hecho de ser diferente. “Con este cuento quería sensibilizar, hacer entender a los niños que no debemos reírnos del que es diferente a nosotros sino acercarnos y preguntarle, saber por qué, averiguar cuál es su historia”, explica Nary Ly.

A pesar de las dificultades, ella decidió trabajar duro en sus estudios y el esfuerzo dio sus frutos. Se convirtió en bióloga y en científica. Y más tarde fue a hacer un postdoctorado a Nueva York.

El esfuerzo por encima del triunfo

Pero había algo más. Un nuevo desafío la estaba esperando. Al terminar el doctorado participó en una carrera para recaudar fondos para los niños con VIH y vio que lo de correr no se le daba mal. Empezó a entrenar y a ponerse retos hasta que se planteó participar en los Juegos Olímpicos. Le inspiraba la frase de Pierre de Coubertin, el creador del Comité de los Juegos Olímpicos de la edad moderna: “Lo más importante de los juegos no es ganar sino participar al igual que lo más importante en la vida no es el triunfo sino el esfuerzo”. Su objetivo no era colgarse el oro sino «acabar la carrera como la primera mujer camboyana en correr una maratón e inspirar a las jóvenes generaciones, especialmente a las chicas y enorgullecer el país».

En una carrera conoció al atleta leonés Salva Calvo y entre ellos hubo conexión. Él le aseguró que podría entrenarla para lograr su objetivo: bajar de las tres horas en la maratón para ir a las Olimpiadas. Se vino a León y el esfuerzo, de nuevo, dio sus frutos. En la maratón de Valencia logró una marca se 2.59.12.

Y llegó a los Juegos Olímpicos. Río de Janeiro, 2016. Mucho calor y un contratiempo. En el kilómetro 7 se lesiona el tendón de aquiles. Por delante, 35 kilómetros con dolor y la posibilidad de no conseguirlo. «En aquel momento tuve que replantearme mi objetivo, ya no iba a lograr la marca que quería, pero tenía que llegar, aunque muriese en la meta, no había otra opción que ir adelante». Echó lejos los pensamientos negativos y logró cruzar la línea final en 3 horas 20 minutos, solo cuatro minutos después de la penúltima.

«No es que sea un ejemplo, pero creo que compartir mi historia puede ayudar a muchos niños y niñas. Cuando yo era pequeña no tuve a nadie que me dijera ‘ánimo, tú puedes’, pero a lo largo de mi vida he visto lo que soy capaz de hacer», asegura Nary Ly. Por eso, su relato infantil está centrado en las emociones por las que ha pasado a lo largo de su vida y en él la protagonista va coleccionando hilos de colores según la emoción que siente en cada momento.

Si no podéis ir a la presentación, pero queréis haceros con algún ejemplar, podéis poneros en contacto con la autora a través de su perfil de Facebook.