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Ana (Pequeideas): "Los niños tienen que ver libros a su disposición, que sean un elemento más de la casa"

Entrevistas
04 febrero, 2019

 

Ana María Blanco es la persona que se encuentra detrás de la página de Facebook Pequeideas, con más de 10.000 seguidores y en la que comparte actividades para hacer con niños, juegos y libros, muchos libros. Profesora de Infantil en el colegio público Los Adiles, en Villaobispo, y madre de dos niñas, es una apasionada de la literatura infantil y juvenil.

Nos encontramos con ella en la cafetería del Musac y le pedimos que traiga una pequeña selección de obras, tarea compleja pues en su casa ha tenido que clasificar los ejemplares igual que en una biblioteca para encontrarlos. Unos 700 álbumes ilustrados pueblan sus estanterías. Adora pisar las librerías de barrio, donde ya la conocen y de las que es raro verla salir sin nuevas adquisiciones.

En su cole gestiona la biblioteca del centro y realiza cuentacuentos. Desde hace unos meses sus reseñas y sugerencias viajan también a través de Instagram. Reconoce que siempre le viene algún libro a la mente para recomendar según qué caso. Muchos dan por sentado que no tardará en ponerse al otro lado, pero ella asegura que no le tienta escribir -al menos de momento-, que lo que le gusta es leer, leer sin parar y disfrutar de lo que escriben otros.

¿Cómo surge Pequeideas?

La idea de crear la página surgió a raíz de estar en varios grupos de literatura en Facebook y en otros de creatividad en los que presentábamos actividades que hacíamos en nuestros coles. El caso es que me empezaron a llegar solicitudes de amistad de gente a la que le interesaba lo que yo compartía, pero era mi página personal, así que muchos me animaban a crear una página específica en la que colgar las reseñas. Me costó mucho tomar la decisión porque sabía que me iba a llevar muchísimo tiempo, pero al final me animé. En Navidad hizo dos años que la creé, y la llamé Pequeideas porque ‘peques’ es como llamo siempre a mis alumnos y a mis hijas.

Tu página es un filtro para muchos padres a la hora de encontrar libros adecuados para sus hijos porque ahora hay mucho donde elegir, ¿no?

A veces es abrumador. Ahora hay un boom de literatura infantil. He leído en algún artículo que esto está salvando un poco el tema de ventas de librerías y editoriales y es maravilloso que se venda tanto, pero la contra es que hay demasiada novedad. Es todo muy efímero. Ahora sale este, pero igual no vuelve a salir, incluso hay ediciones que son  muy cortas y no lo vuelven a editar porque el peso de lo nuevo pasa por encima de libros que no tienen tiempo de que la gente los disfrute o los conozca.

Yo saco de todo, a veces te pueden las novedades pero también hay libros que, si me han tocado la fibra sensible o me parecen muy interesantes, los intento rescatar del olvido. La verdad es que no me da tiempo a poner todos los libros que me gustaría pero tampoco quiero agobiar a la gente.

¿Eres maestra de vocación?

Sí. El primer día de facultad me encontré con muchas personas que reconocían que estaban allí porque no les había dado la nota para otras carreras, pero yo estaba allí porque quería ser maestra. Cuando terminé trabajé en alguna cosa y preparé oposiciones y cuando me presenté saqué la plaza, así que llevo desde 2007, 12 años siendo maestra.

¿Y la afición a estos libros llega con tus hijas o antes?

Antes de tener hijas ya era maestra y recuerdo descubrir el álbum ilustrado y disfrutarlo mucho. Cuando llegaron mis hijas era otra excusa más. Siempre decía, «bueno, esto me viene bien para mis hijas o para el cole», pero todo es mentira, en realidad son míos.

De hecho, a mí me cuesta poner edad a un libro porque a cada edad le sacan un jugo diferente. A veces me duele oír a alguien decir «este libro no porque ya tiene 7». ¡Pero si yo tengo 41 y me encanta!

¿En clase trabajas mucho con libros?

Sí, desde los 3 años. Ahora, por ejemplo, en mi aula tenemos un centro de interés de la alimentación y antes lo tuvimos del cuerpo humano. Suelo hacer acopio de los libros que tengo por casa relacionados con cada tema y si surge alguno más, lo compro. Siempre hay algún libro que sirve para trabajar un aspecto concreto. Hace unos días contamos La gallinita roja en el que se habla de cómo se elabora el pan y una cosa llevó a la otra y el viernes haremos pan en clase.

Alguna vez has comentado lo buena que es la Biblioteca Pública de León

Es muy buena biblioteca, una de las cosas por las que empecé a interesarme por el tema de los libros fue por un trabajador de la biblioteca, Jose, al que había conocido dando algún curso de formación para maestros de kamishibai, del que soy súper fan gracias a él. Yo he ido con colegios a presentaciones, cuentacuentos y también con mis hijas como usuaria y realmente tienen mucho. Ellos quieren tener más pero están bastante al día y tienen muy buenos libros.

Ana, creadora de la página Pequeideas

¿Qué haces para fomentar la lectura entre tus alumnos?

Les dejo los libros, aunque a veces me caen gotas de sudor porque digo «ay, que me arrugan las hojas», porque unos los cuidan mejor y otros no tanto, pero me gusta dejárselos. Para fomentar la lectura no es necesario solamente que te vean leer, como dicen. En clase no me ven leer,salvo que les cuente un cuento, y en casa, si lees por la noche, igual tus hijos están dormidos y no te están viendo, pero sí que tienen que ver muchos libros a su disposición, que vean que el libro es un elemento más de la casa y que haya lectura todos los días. A mí me sigue sorprendiendo que haya personas que no lean a sus hijos a diario porque yo lo veo tan natural… Igual que se lavan los dientes antes de ir a dormir, cogen el cuento. Mis hijas lo hacen desde pequeñísimas y cuando aprendieron ellas a leer nos íbamos turnando. Incluso ahora, que ya leen las dos, hacemos  lectura compartida.

Eso te iba a preguntar, ¿les sigues leyendo?

Sí, a veces me da pena cuando no me dejan. La mayor lleva un mes o así diciendo que quiere leer un rato ella sola. Porque leemos en alto las tres, o ellas con su padre. Es buenísimo leerles, que nos escuchen, no dejarles solos en el momento que ya saben leer. El tema de la lectura lo noto en que ellas tienen facilidad en la expresividad, la entonación, el ritmo de lectura, que cogen un cuento y ya saben cómo enfocarlo, ponen voces, hacen énfasis en determinadas frases porque me imitan y saben darle ese dinamismo a la lectura.

El otro día aparecía una noticia cuyo titular decía ‘Niños devoradores de libros, adolescentes enganchados a Instagram. ¿Qué opinas?

Eso he oído, no lo sé todavía. No sé si ocurrirá o no. Yo con mi hija, la mayor, veo que está muy enganchada a la lectura, tiene varios libros empezados, le encanta, busca momentos para leer… Quiero pensar que no va a pasar eso, pero soy consciente de que es una realidad, soy consciente de que puede llegar un momento en el que no quiera, por rebeldía, o que simplemente no quiera o se enganche a otros temas. Pero creo que ahora mismo hay mucha lectura juvenil muy buena, hay que dejarles que se enganchen y que tengan libros, que tengan posibilidad de ir a la biblioteca, a una librería, que elijan ellos y no forzarles.

¿Y cómo se está abordando esto desde los colegios e institutos? ¿Se siguen recomendando los libros de siempre?

Se va cambiando. En el aula de mi hija, en mi colegio, el año pasado iban rotando libros seleccionados por las tutoras, pero este año les han propuesto que cada uno lleve un libro que ya haya leído y que le haya gustado para recomendar a sus compañeros. Y en sexto este año van a hacer una lectura compartida y van a utilizar Apestoso tío Muffin, que ha sido Premio Anaya 2018. Hay libros muy buenos de siempre, pero también hay muchas novedades muy interesantes.

También es importante tener en cuenta sus gustos. Yo les intento enseñar que pueden decir que un libro no les ha gustado, que les ha gustado regulín porque no a todos nos gusta lo mismo. El primer día que mi hija trajo una ficha para rellenar sobre el libro que había leído no se arevía a poner que no le había gustado. Como si nos fuera a parecer mal a la tutora o a mí porque, como leer es bueno, parece que nos tiene que gustar el libro que leamos. Per no, incluso ha dejado algún libro sin acabar, le he dicho que lo lleve y le diga a la tutora que no le gusta, que no es para ella o no es el momento adecuado.

¿Se debe impedir leer determinados libros?

Es un tema polémico y difícil. Yo creo que no tanto prohibir, pero sí acompañar. A veces hay situaciones que nos parecen aberrantes que no está de más que las lean y se despierte en ellos el debate o incluso iniciarlo nosotros. Bueno, también habrá libros que por recomendación de edad no sean adecuados pero más que prohibir me parece importante generar en ellos esa mentalidad crítica, esa reflexión.

En muchos libros se destaca el valor que transmiten, la moraleja… parece que se está perdiendo un poco el libro para divertirse.

Efectivamente, estoy totalmente de acuerdo. Son los libros para, que llamamos muchas veces. En los grupos que estoy de literatura en Facebook se piden recomendaciones de libros para todo lo que se te pueda pasar por la cabeza, para que no se muerdan las uñas, para que se pongan el pantalón por la mañana… Y ya no sé hasta qué punto es literatura para los niños o para los padres. El mensaje está tan masticado, tan migado y tan hecho que yo creo que no les atrae, se lo damos como si no fueran conscientes.

Para mí todos los libros sirven para algo. Sopa de calabaza o La mosca fosca porque aparece un pastel, por ejemplo, me puede servir por el contexto para hablar de la alimentación pero siempre intento buscar yo ese uso y no que el mensaje esté tan masticado. A mí me encantan los libros para divertirse y a veces sí se pierde un poco eso. Te preguntan, «¿y ese libro qué enseña?» «¿Qué valor tiene?» Para mí valor tienen todos ya solo por el valor de la lectura. Y si queremos que les atraiga la lectura, el libro tiene que ser agradable y no un tostón.

Pequeideas

Cuéntanos qué libros has traído

Ha sido una selección rápida, en la que he mezclado novedades y no novedades.

El mundo al que vienes (Edelvives), de Carmen Queralt, creo que está descatalogado. Es el libro que le regaló mi hija mayor a la pequeña cuando fue a conocerla al hospital

Corre, corre calabaza (OQO Editora), uno de estos libros para divertirse. Lo habíamos leído en la biblioteca pero no podíamos conseguirlo por falta de disponibilidad y para mí es súper especial porque entre los 2 y los 3 años mi hija me pedía que se lo contara cada noche. Luego lo conseguí de segunda mano y ahora lo han vuelto a editar, de lo que me alegro muchísimo.

La coleccionista de palabras (Cuento de luz) trata de una niña, Luna, que colecciona palabras y ve cómo al mundo se le están empezando a agotar las palabras. Un libro muy bonito..

Gracia Iglesias es otra autora que me encanta y de ella he traído Marcelina en la cocina (Ediciones Jaguar). Cuando lo conté en la biblioteca del cole fue un éxito total. Este es oro de los divertidos que no sale de casa ni de broma.

He traído Señor Aburrimiento (Libre Albedrío), de Pedro Mañas, uno de mis autores favoritos del panorama actual. Es escritor de literatura infantil y juvenil y poeta. Este libro, con ilustraciones de David Sierra, me parece maravilloso. Es todo rimado y habla de un niño que se escapa del aburrimiento a través de unas rimas muy divertidas.

La caja de colores (La Guarida Ediciones) a mí me tocó mucho la fibra, tiene unas acuarelas maravillosas de cómo se van coloreando el cielo y la tierra y se van dando cuenta de que comparten colores, el azul es el del cielo pero también está en el agua de la tierra… Es una maravilla.

Agente ricitos (Anaya), de El Hematocrítico, que también es maestro de Infantil. Con este libro mi hija se despiporra de la risa.

Por último, uno de poesía de Mar Benegas, otra autora que me gusta mucho, Blanco como Nieve (A buen paso).

 

 

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