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Chapuzón de verano en... el Salto del Pelgo

Rutas con niños
05 julio, 2024

El Salto del Pelgo se encuentra algo escondido pero merece la pena encontrarlo para disfrutar de la belleza de esta cascada artificial y de su atronador sonido que permite aislarse del resto del mundo. Esta presa fue construida en el río Burbia para el aprovechamiento de la central hidroeléctrica El Pelgo, la más antigua de El Bierzo, que comenzó a funcionar en el año 1930 y que suministraba luz a los pueblos cercanos.

Para llegar, se puede realizar una ruta caminando si dejamos el coche en la playa fluvial de Toral de los Vados, pero es posible acercar más el coche si vamos con niños pequeños y no queremos andar demasiado.

En Toral de los Vados, saldremos por la calle el Carril y seguiremos recto (dejando a la izquierda la calle Los Jardines) para pasar acto seguido por encima de la N120. Continuamos un buen tramo hasta que veamos un conjunto de placas solares a la derecha de la carretera. Solo unos metros después encontramos un camino que sale hacia la derecha, donde podemos dejar el coche, y otro hacia la izquierda, por donde bajaremos hasta el embalse.

Aunque una señal prohibe la circulación, hay mucha gente que baja con el coche y aparca junto a unos castaños un poco antes de la central. Es una pista asfaltada, pero muy estrecha por lo que el cruce con otros vehículos puede ser complicado. Por otra parte, el camino no es excesivamente largo y, al ser cuesta abajo, se hace bien. El regreso es algo más duro.

 

Una vez que hemos bajado toda la pista veremos que hay varios caminos que se dirigen hacia el río. Podemos tomar el más cercano a la central, lo seguimos y pasaremos junto a esta, que nos queda a la derecha, protegida por una alambrada. Olvidaos de bajar con carritos o sillas porque el camino se estrecha por aquí y se llena de piedras y troncos. Si los pequeños son muy pequeños, lo más recomendable es que viajen en mochila. Los niños un poco más mayores no encontrarán complicación en el camino, que es corto y que pronto nos dirige hasta nuestro fascinante destino.

La llegada es impactante porque únicamente el ruido nos advierte de la proximidad de la cascada. Allí el sonido del agua cayendo nos envuelve por completo para disfrutar de un baño de desconexión o simplemente de admirar el espectáculo.

En Toral de los Vados también hay playa fluvial y una piscina pública con toboganes acuáticos muy divertidos para todas las edades.