El Faedo, ruta con niños hasta un bosque de cuento
Rutas con niños
El coche hay que dejarlo en el pueblo, en el entorno de la Plaza Mayor y desde ahí se camina hacia el cementerio para entrar en la pista de tierra por la que comienza la ruta. Este lugar es muy conocido y, por tanto, muy visitado, así que los fines de semana es un camino bastante concurrido. Aun así, merece la pena.
En el camino llamará la atención una bocamina que encontramos a la derecha, un recuerdo de aquellos que se jugaban la vida bajo la tierra. Junto a ella hay varios vagones de carga oxidados. También en el Faedo encontraréis una referencia al pasado minero de esta zona: “Caminante, bajo tus pies se encuentra la negra hulla, el carbón que tanta vida, tantas alegrías y tantas tristezas nos dio”, reza un cartel allí ubicado.
Entre la bocamina y el propio bosque hay una amplia área recreativa con mesas y bancos preparados para quien desee comer allí. También hay algunos ubicados en parajes un poco más escondidos y preparados para improvisados banquetes de cuento.
Poco antes de llegar al hayedo hay alguna zona donde es posible extender una manta y sentarse a comer en el suelo. El bosque es muy pequeño y se recorre por una pasarela central de madera que serpentea junto al arroyo de Ciñera. Se recomienda no salirse de la pasarela y, sobre todo, es importante respetar el lugar y contribuir a su conservación.
El paseo por el bosque es corto pero muy intenso y desprende mucha magia. Hay que prestar atención si ha llovido, helado o nevado, pues debido a lo sombrío del lugar puede resultar resbaladizo. Por la misma razón, es mejor no apurar mucho la visita ya que empieza a hacer frío pronto.