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"Falta sensibilidad al pensar que los niños con altas capacidades no tienen necesidades especiales"

Entrevistas
26 mayo, 2022
La maestra Susana Morán posa detrás del cartel de la VI Jornada de Altas Capacidades de León

La Asociación Leonesa de Altas Capacidades (ALAC) celebra este sábado su jornada anual en la que ofrecen formación e información para padres, profesores y para la sociedad en general. Bajo el título ‘Con las manos en la masa’ sus sextas jornadas están centradas en la inclusión en la escuela, en cómo lograr que haya sitio para todos y este sea un lugar apasionante al que ir a aprender. Para ello contarán con expertos, con profesores y con miembros de la asociación para ayudar a despejar las dudas de las familias.

Entre ellos estará nuestra entrevistada, Susana Morán. Ella mira desde una doble perspectiva, la de maestra de Atención a la Diversidad y la de madre de un niño de altas capacidades. Desde ambos lugares ve que no siempre se atienden correctamente las necesidades que tienen estos niños y que se detectan muchos menos casos de los que realmente existen.

¿Cuáles son las principales carencias del sistema educativo a la hora de atender a niños y niñas con altas capacidades?

La principal es la falta de formación tanto del profesorado como de los orientadores. A muchas familias les cuesta dar el paso de solicitar una evaluación (a veces se ve como algo soberbio o de falta de humildad) y el primer filtro es el del tutor. Si el tutor no conoce lo que son las altas capacidades ya ni siquiera pasa de ahí. Muchas familias se encuentra con comentarios del tipo “a mí no me parece que tenga altas capacidades”, “en el colegio está bien”, “no necesita nada” o “tampoco es que sea brillante en ninguna asignatura. Estos comentarios nos indican que no se están buscando altas capacidades sino un alto rendimiento y no siempre tienen que coincidir. Si el caso logra pasar al equipo de orientación, este muchas veces tampoco está preparado para interpretar las pruebas porque no se trata únicamente de pasar una prueba estandarizada de inteligencia sino que hay muchos otros factores que valorar. Y por último, si se pasan todos estos filtros y se consigue una evaluación, muchas veces las medidas recogidas en el informe (metodologías más adecuadas a su ritmo de aprendizaje) no se llevan a la práctica.

Con el actual sistema educativo, ¿es posible llevarlo a la práctica?

Yo soy maestra y siempre digo que es posible. Hay que tener interés. La norma podría ser mejor y la Ley de Educación debería ser consensuada y no modificarse con cada gobierno, pero sí se puede llevar a la práctica si el profesorado es un poco sensible a las necesidades del alumnado con altas capacidades. En general hay una falta de sensibilidad al pensar que los niños con altas capacidades no tienen necesidades especiales. Si aprueban porque aprueban, si sacan muy buenas notas porque las sacan y si suspenden es porque quieren. Nosotros desde la asociación lo que siempre pedimos son experiencias escolares enriquecedoras, igual que para el resto. Que haya error, frustración y reto. Hay profesores que optan por darles más materia de lo mismo. Si ha hecho tres divisiones bien, le dan otras tres. ¿Qué hacen estos niños? No acabar ni las tres primeras. Y entonces el profesor dice: “¿Ves como no tiene altas capacidades?” Es un círculo vicioso.

¿Y cuál es la consecuencia de todo esto?

Que pasan por Primaria sin apenas esfuerzo, y cuando llegan a Secundaria o a la Universidad, donde ya hay contenidos que no pueden adquirir de forma autónoma y se les requiere una mayor atención, esfuerzo y planificación aparece, en muchos casos, el fracaso porque nadie les ha enseñado a aprender. Lo que pedimos es una escuela en la que haya espacio para todos y para eso también es muy importante bajar la ratio porque una calidad educativa no es tener una pizarra digital para cada alumno sino un número de alumnos que te permita atenderles correctamente.

¿Qué nos puede hacer sospechar que un niño o niña tiene altas capacidades?

En general, tienen intereses diferentes de los que se espera para su edad (un niño de 5 años que te pregunta si existe un mundo después de la muerte), la intensidad emocional (son muy intensos a la hora de pensar y sentir), una dedicación extrema a la tarea que les interesa y un ritmo de aprendizaje más rápido.

¿Cuál es la diferencia entre altas capacidades y alto rendimiento?

La capacidad de una persona es lo que tiene en bruto. De la capacidad al resultado que obtiene hay una serie de catalizadores (escuela, trabajo, familia, personalidad…) que si funcionan pueden dar un resultado, por poner un ejemplo simple, sacar un 10. Hay niños que tienen altas capacidades y alto rendimiento, pero otros no. Es fácil evaluar a un niño que con tres años aprende a leer solo, pero al que no le gusta leer, no le gusta el cole, no quiere hacer los deberes y no tiene ningún interés en los exámenes, es más difícil.

¿A partir de qué edad se puede hacer una evaluación?

La norma recoge que nada más que se detecta. De hecho, se puede valorar en Infantil, pero la realidad es que son muy reacios. Yo creo qeu cuanto antes se evalúen las necesidades y se empiecen a atender, menos problemas de adaptación habrá. Porque a veces la burocracia también se retrasa y terminamos plantándonos en mitad de Primaria sin una evaluación hecha.

¿Se están dejando muchos casos sin detectar?

Seguimos muy alejados de lo que debería ser. Los expertos más pesimistas fijan en un 2% la población con altas capacidades, un porcentaje que podría subir al 8 o al 10% en el caso de tener en cuenta talentos sencillos e inteligencias por encima de la media. Tomando de referencia el más pesimista, no llegamos ni de broma. En Castilla y León, los últimos datos que tenemos (2020-21) el porcentaje de evaluados está en un 0,39%. Es sangrante el número que se está dejando de evaluar, algo que no pasa con otras necesidades.

¿Y por qué ocurre más con las niñas que con los niños?

Desde que se barajan cifras el número de niños evaluado con altas capacidades triplica siempre el de niñas. Las niñas tienen una capacidad de adaptación mayor y son más sensibles a lo que se espera de ellas, así que se mimetizan para no salirse de la media. Es curioso porque incluso las expectativas con respecto al profesorado están sesgadas. Ves un cuaderno de niño con colores, organizado, ordenado, bien estructurado y te llama la atención. En uno de una niña parece que es lo que se espera de ella. Obviamente, no es que los niños sean más inteligentes, es que ellas pasan más desapercibidas y, por tanto, tienen más problemas para ser evaluadas y detectadas.

Una vez que tenemos el diagnóstico. ¿Cómo hablamos con los niños?

Hay que tratarlo con naturalidad. Yo a mi hijo siempre se lo dije, que no era mejor ni peor, simplemente aprende de una forma diferente y a otro ritmo. El autoconocimiento es muy importante para aceptarse. Saber lo que necesitan, conocer sus puntos débiles y entender por qué se les hace tan pesado que la profesora repita cuatro veces lo mismo o por qué les cuesta contenerse y quieren responder a todo, por ejemplo. Es importante que sepan lo que les pasa y también está bien que se relacionen con otros niños así. Por eso en la asociación organizamos actividades de convivencia y actividades para que vean que no son los únicos.

¿Qué podremos aprender en las jornadas del sábado?

Tenemos a César Arellano, especialista el Centro Renzulli que va a hablar de la atención específica para niños con altas capacidades. Y algo muy interesante, tenemos dos profesores de León, Óscar Casado y Ángel Pérez Pueyo, que van a explicar metodologías que se pueden llevar al aula de forma generalizable para todos y cada uno de los niños de manera que cada uno pueda desarrollar sus competencias y se fomente la autonomía. Todo esto puede dar mayor margen de maniobra al profesorado para atender a quienes más lo requieren. Habrá, además, también un taller dirigido a orientadores y una mesa redonda en la que resolveremos dudas de las familias.