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María Martín-Granizo: "Quería decirle al mundo que no pasa nada por que te falte una pierna"

Entrevistas
12 abril, 2019
María Martín-Granizo, campeona de esquí adaptado

Campeona en la Copa de España de esquí adaptado. Medalla de oro en Gran Slalom adaptado y de plata en Slalom adaptado. Son los últimos hitos de María Martín-Granizo, leonesa de 12 años a la que lo de levantarse con el pie izquierdo -así se llaman sus páginas de FacebookInstagram– nunca le ha supuesto mala suerte. Esquía con una sola pierna, apoyada sobre dos estabilos, debido a que nació con una agenesia femoral. No es el único deporte que practica: nada, surfea, anda en bici o patina. El deporte lo ha mamado desde niña en su familia. Lo practican sus padres y también sus dos hermanos. En su camino ha conocido a gente inspiradora, como Úrsula Pueyo, Mireia Belmonte o Saúl Craviotto. Forma parte de la Fundación También -de la que son miembros Teresa Silva o Irene Villa- y cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad a través del deporte adaptado. Y compite también en carreras que no están dirigidas a personas con discapacidad con el León Ski Club. Un día antes de que partiera hacia Baqueira para competir, charlamos un rato con ella tras una sesión de fisioterapia.

¿Eres consciente de que eres un ejemplo para mucha gente?

Sí… me lo dicen bastante; me alegro de serlo.

En tus redes destacas que has sido la primera persona con discapacidad en abrirte paso en carreras para no discapacitados como la Cordillera Cantábrica o el circuito Audi Quattro Cup

Es que me parece… no injusto… pero bueno, los discapacitados solo tenemos tres carreras al año… o una, y a mí me gustan bastante las carreras y quería competir más. Además, quería decirle al mundo que porque te falte algo, en mi caso una pierna, no pasa nada y no te van a decir nada. Como soy muy cabezota, al final me dejaron.

Alguna vez has comentado que te gustaría que más gente con discapacidad se animara a competir. ¿Qué mensaje les enviarías desde aquí?

Yo les diría que si es por miedo a caerse, que no se preocupen porque pueden coger un entrenador que les va a entender y les va ayudar a levantarse. Y si es por vergüenza de que la gente les vea o les insulte, les diría que se vengan conmigo a la Cordillera Cantábrica, que ya verán como nadie les dice nada.

¿Tú has tenido vergüenza alguna vez?

No, yo he hablado delante de mucha gente y me da poca vergüenza. Hay gente que se cree que esto de que nos falte una pierna, un brazo o que tengas cualquier otra discapacidad es lo peor del mundo y no somos tan distintos, simplemente necesitamos una adaptación. Por ejemplo, yo solo necesito una prótesis, tampoco cambia el mundo entero… A mí me da igual que me insulten porque me falta una pierna porque yo ya tengo un montón de amigos y de gente que sé que no me va a insultar porque piensa que no es raro.

¿Desde cuándo estás en la Fundación También?

Desde muy pequeña, ellos tienen bastantes equipos y cuando empecé a esquiar me dejaron todo lo que necesitaba.

¿Cómo te sientes cuando sales a la pista?

De pequeña me sentía súper nerviosa, de hecho me acuerdo que en todas las carreras me estaba meando antes de salir… una vez tuve que hacerlo en la nieve y estaba congelada…

¿Ahora ya no te pones tan nerviosa?

No, es que antes siempre quería ganar, ahora me he dado cuenta de que hay muchas que son muy buenas pero no voy a ganar, voy a pasármelo bien con mis amigas. Eso sí, el otro día me enfadé un montón porque había una carrera y era solo para los ocho primeros y yo no podía ir.

¿Quiénes te han servido de ejemplo?

De pequeña, un gran ejemplo era Úrsula Pueyo, esquiadora a quien le falta una pierna también. Me parece buenísima Frédérique Turgeon, es canadiense, se agacha un montón, angula… es genial. Le falta una pierna y ahora está en las copas del mundo. Entre las 10 primeras suelen quedar chicas a las que les faltan brazos y Frédérique va quinta; es un ejemplazo. Y luego, pues mi familia entera, mis abuelas, mi abu Rafa, mi tío Isaac y mi tío Julio… toda mi familia. Y mi prima Cris, que tiene síndrome de down… bueno y su hermana, que no se ponga celosa ahora… Todos mis primos… mis entrenadores. Y Salva, un chico de Sierra Nevada que me da clases desde pequeña y con el que mejoro mucho. Además me cae genial.

¿Dónde te ves de mayor?

Si tuviera que elegir carrera, me gusta mucho Veterinaria, pero hay que estudiar mucho, así que creo que no (ríe). Me gustaría hacer Inef, pero todavía tengo mucho tiempo para pensar. A nivel deportista, me gustaría llegar a las olimpiadas y a las copas del mundo.

¿ Y qué tienes que hacer para ello?

Pues esforzarme mucho.

¿Y qué es lo que más te cuesta?

Me dicen que tengo que angular más, pero yo tengo la sensación de que me voy a caer al suelo, entonces me da miedo. Tengo una coraza pero me queda enorme y me estreso con ella y soy muy tiquismiquis para eso pero luego si no la llevo, me pego unas tortas contra el hombro que lo dejo destrozado. Pero tengo una espaldera que protege todo esto, le pongo dos espumillas aquí (señala el hombro) y ya.

¿Tienes algún reto?

Este año me ha gustado bastante porque me he ido a muchos sitios y he conocido a más gente. Reto… sí me gustaría a los 14 años ir al campeonato de Francia o a alguno de fuera de España.