"Lo más importante es que vean que el museo es un lugar al que venir y donde lo pasan bien"
Museos con niños en León
El Museo Casa Botines Gaudí ofrece todo el verano talleres infantiles de la mano de Andrea Moura, quien lleva ya varios años trabajando en el museo y afronta ahora nueva etapa como responsable de las actividades con los más peques.
Andrea es licenciada en Historia e Historia del Arte y tiene un máster en formación del profesorado. Ella es la encargada de guiar a los asistentes a los talleres por el museo y de explicarles todos los secretos de Casa Botines.
Cada mañana, de 10 a 14 horas, exploran el museo, descubren detalles de la figura de Gaudí, investigan sobre arte y dan rienda suelta a su creatividad.
¿Cuál es el objetivo de los talleres infantiles de este verano en Casa Botines?
El principal objetivo es traer a los niños a los museos. Es una herramienta de conciliación, pero también es para esos niños que, aunque sus padres están en casa, deciden ir al museo y emprender el camino de la cultura desde bien peques. Pueden venir desde los cinco años durante todo el verano.
¿Por qué es importante que los niños vengan a los museos desde pequeños?
Porque un día serán adultos y, si queremos una sociedad que fomente la cultura y la apoye, tenemos que empezar bien pronto. Si acostumbras a un niño a que un museo es un lugar al que puede ir, adquiere un hábito y yo creo que la cultura es algo fundamental en una sociedad.
¿Cuál es la mejor manera de transmitir el arte a los peques?
Lo mejor para aprender es verlo. A veces no queda más remedio que enseñarles una foto, pero aquí tenemos la suerte de que tenemos este edificio en el que pueden entrar y descubrir todas sus cualidades. Les llevo por diferentes zonas del museo, siempre intento ir a la torre, que les encanta, y también visitamos la pinacoteca porque la pintura les llama mucho la atención. Lo más importante es que vean que el museo es un lugar al que venir, donde pasan la mañana y se lo pasan muy bien.
Gaudí aúna muchos elementos interesantes para la infancia. ¿Qué destacarías?
Gaudí es casa un elemento de la cultura popular. Mucho vienen sabiendo cosas pero intentamos descubrir quién era realmente Gaudí, no solo lo que hacía sino por qué y cómo. Si vienen una semana completa, cada día lo dedicamos a un aspecto: la naturaleza, la geometría y también al simbolismo, una de las facetas quizá menos conocidas pero muy importante y que les puede llamar mucho la atención. Todos esos secretos de Gaudí relacionados con las constelaciones o algunos mitos resultan interesantes para ellos.
Además de ver, también os ponéis manos a la obra haciendo manualidades.
Sí, hacemos varias actividades e intentamos, en la medida de lo posible, utilizar materiales reciclados para ir en consonancia con el ritmo de la naturaleza que tanto le gustaba a Gaudí. Hemos hecho casitas con cajas de leche, dragones con cartulina, vamos a hacer collares, ramos de flores reciclados… Todo lo que tiene que ver con los dragones les suele gustar mucho.
Cuando os movéis por el museo, ¿lo hacéis a través de alguna actividad?
Intentamos pararnos en las zonas interactivas, que les gustan mucho, y también en las recreaciones porque los muebles antiguos les llaman la atención. Comparamos con lo que tienen hoy en sus casas y las cosas que suelen hacer. La vivienda les atrae y alguno se emociona al ver un objeto que tiene su abuelo en casa. También es una forma de dar valor a eso. Y luego hacemos algún juego para identificar obras.
Los talleres están dirigidos a edades entre los 5 y los 12. ¿Cómo conviven?
Al llegar, lo primero que hacemos es presentarnos y crear un grupo. Ese sentimiento de pertenencia al grupo es muy importante porque así, cuando el de 11 ya ha terminado, se va a parar a ayudar al de cinco. Es una manera de enseñarles a colaborar y resulta muy positivo. Al no haber muchos niños, unos aprenden de otros.
Creatividad y Gaudí van unidos. ¿Cómo se fomenta entre los participantes?
Suelen estar muy acostumbrados a que les des un dibujo y unas indicaciones. Me preguntan: ‘¿De qué color lo pinto?’ Yo les digo que como ellos quisieran que fuera, les dejo libertad. O cuando montamos un dragón y me consultan dónde van las alas, les digo que el dragón es suyo, donde crean conveniente. Es una manera de sentirse libres.