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Paseo en barco con niños por los Fiordos Leoneses

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21 febrero, 2019

Un paisaje espectacular, mucha historia bajo sus aguas y la aventura de ir en barco. Un plan perfecto para hacer en familia a una hora y media aproximadamente de León, en Riaño, donde además es posible pasear junto al pantano, merendar viendo el embalse y conocer más sobre las tradiciones de este lugar.

El barco realiza paseos todos los días siempre que haya un mínimo de ocho personas interesadas. Los fines de semana, como se suele superar este número, siempre hay varios, dependiendo de la gente. Suele haber viaje a las 12 de la mañana, a las 13.30 horas y a las 17 horas. Si todavía hay más demanda, incluyen también uno a las 11 de la mañana. La duración es de alrededor de una hora y media.

 

 

El barco es cómodo y está cerrado -se pueden abrir las ventanas- por lo que no tiene riesgo para ir con niños pequeños. Tiene capacidad para 20 personas aunque en abril esperan contar ya con uno mayor que ahora mismo se encuentra en construcción y dispondrá de 60 plazas y calefacción.

El precio de viaje es de 13.50 euros los adultos (mayores de 13 años), 10 euros los niños de entre 3 y 10 años y gratis para los menores de 3. La reserva se hace mediante teléfono en el 608572926 (están preparando una página web a través de la que también se podrá reservar) y la compra de los billetes reservados se realiza en el mismo embarcadero, donde recomiendan presentarse al menos 15 minutos antes de zarpar. Con cada entrada dan un pequeño paquete con dos galletas artesanas y una botella de agua. Detalles que se suman al maravilloso trato por parte de los que allí trabajan.

El paseo en barco permite rodearse del espectacular paisaje y contemplar desde el embalse los picos más significativos, como el Gilbo, el Yordas, Las Pintas, el Cueto Cabrón, la Sierra de Hormas… y avistar a lo lejos el reconocible Espigüete. Durante la visita (alrededor de hora y cuarto de duración) se puede apreciar la flora y la fauna de la zona si hay suerte, o al menos intuirla. Grutas en lo alto de la montaña (esto a los niños les fascina), pisadas de animales, y la zona por la que se suelen mover los bisontes que se han introducido aquí, aunque de momento no es fácil avistarlos.

Un recorrido perfecto para contar lo que aquí pasó hace 30 años y por qué hay siete pueblos anegados bajo el pantano, un ejercicio perfecto para la recreación. «Imaginad qué bonito sería ese pueblo aquí en el fondo del valle», comenta el capitán.

Aprovechando la excursión se puede pasar el día completo en Riaño. Junto al embalse discurren varios paseos para caminar y llegar hasta la iglesia románica y, por supuesto, allí se encuentra el que llaman «el banco más bonito de León».

El Museo Etnográfico resulta muy atractivo para los niños aunque en esta época del año está cerrado. Lo abren bajo demanda para grupos de unas 10 o 15 personas y la intención es que esté abierto desde principios de marzo durante los fines de semana. A partir de junio y hasta finales de otubre sí que permanece abierto de martes a domingo en horario de mañana y tarde.

Visitar la iglesia románica también merece la pena. Pequeña y con unas pinturas preciosas que descubrieron tras limpiar la cal que cubrían las paredes. Junto a ella se encuentra el que promocionan como el banco más bonito de León, y la verdad es que no desmerece pues el paisaje que se aprecia allí sentado es muy bonito. Lugar de foto obligada igual que las letras a lo hollywoodiense de Riaño. A lo largo del paseo, junto al pantano, también hay varias mesas con bancos donde tomar un tentempié admirando el paisaje. Para comer en la localidad hay varios restaurantes con menú del día y carta.