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Por qué no es bueno dar de comer a los patos de los parques

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21 agosto, 2019

Gusanitos, patatas, palomitas, pan… es la dieta habitual de los patos que encontramos en los parques de la ciudad y que son alimentados por niños y acompañantes para entretenerse un rato. Pero, ¿estamos haciéndolo bien? ¿Son este tipo de alimentos adecuados para estos animales? Para aclarar nuestras dudas, hemos hablado con Manuel González, biólogo de la empresa Más que Pájaros.

González no ofrece una lista de alimentos alternativos que pudieran ser más saludables, pues aboga directamente por no darles de comer ya que al hacerlo «les estamos perjudicando comportamental y fisiológicamente». Explica el biólogo leonés que en los parques podemos encontrar dos tipos de aves, los que denomina ornamentales, que pone el Ayuntamiento y de los que se encarga dándoles comida diariamente, y los salvajes que entran desde el río porque saben que ahí hay comida. «Alimentarles es un error total, unos ya tienen suficiente con lo que les dan y los otros tienen que encontrar el alimento de manera natural, no acostumbrarse a que se lo den», comenta.

En cuanto a ofrecerles snacks del kiosco, como gusanitos o palomitas que incluyen grasas trans, saturadas, aceite de palma… mucho peor. Con esto -explica- haremos un flaco favor a su salud y contribuiremos a acortar su tiempo de vida. «No olvidemos que estos animales son vegetarianos, si les damos grasas de origen animal lo que hacemos es descolocarlos», añade. «Los salvajes no deberían ni entrar a los parques a comer lo del Ayuntamiento pero eso ya es más difícil de controlar, ellos tienen que buscarse la vida, la hierba es el mejor recurso y las algas también». Insiste en que no hay necesidad en lo desaconsejable de ofrecer comida a los animales porque ya tienen lo que necesitan. «Si cada persona que llega les da algo, es imposible controlar lo que toman que es mucho más de lo que deberían», asegura.

Por otra parte, explica que tanto el agua como la tierra del parque se ensucia con las migas y atrae a otros animales como ratas y ratones y se fomentan las plagas.

Ante tanto no, González aboga por la educación y por disfrutar de la observación de las aves sin intervenir en su desarrollo.